POSICION

Homicida Espiritual

Una de mis estudiantes presentando su materia como parte de su examen final, tomando el mandamiento “No Matarás”; habló de las consecuencias que sobrellevan el hecho de realizar algo que va en contra de un mandamiento establecido por Dios. Este mandamiento quizás se puede ver de una manera literal, la acción de realizar un acto quitando la vida a una persona; esto es lo que la palabra homicida significa. Éxodo 20:1-17


Pero, por medio de este escrito; me quiero enfocar en la acción premeditada de una persona cuando conscientemente realiza un homicidio espiritual. El establecimiento de este fundamento y patrón comenzó desde el principio, en la rebelión de Satanás; que la Biblia lo describe como el padre de Mentiras. Juan 8:44, Juan 10:10


La sutileza y la astucia son las características que utiliza para engañar a Eva; para caer en desobediencia juntamente con Adan, estableciendo el pecado para toda la humanidad. El resultado de este engaño trae por consecuencia la primera muerte espiritual. La muerte espiritual; que es la separación del hombre de Dios; que ahora también se les atribuyen las características de Satanás a toda la humanidad, por la primera generación caída. Esta acción obtuvo resultados generacionales, que hasta el tiempo actual estamos viviendo, por la herencia de un fundamento caído en pecado. Genesis 3:1-4, 1 Corintios 15: 21-22


La acción de Satanás llevaba una premeditación, o sea tenía un plan. El plan era que el hombre se revelara en contra de Dios, en una desobediencia. El pecado es el resultado de una separación de Dios; y ahora nuestra conducta da evidencia a las obras que caracterizan a nuestra persona. Las obras que se van a manifestar, son lo que nuestro corazón y fundamento van a producir. Jeremías 17:9-10, Gálatas 4:19-21


Mas, sin embargo, en este caso nos estamos refiriendo a una persona que tiene el conocimiento de la verdad, que es la palabra de Dios; o al “cristiano” como se le conoce a un seguidor de Cristo. Satanás conoce la palabra; y nosotros conocemos la palabra, hemos tomado la decisión de hacer a Jesús como nuestro Señor de nuestras vidas. ¿Ahora, cuántos asesinatos espirituales hemos realizado inconscientemente? ¿O aún peor conscientemente? Mateo 15:19-21


¿A qué me refiero con esto? Cuántas veces nuestra conducta en base a nuestro testimonio ha sido causa de tropiezo para otros. Jesús nos advierte de ser piedra de tropiezo para los que todavía están en una formación inmadura. El ser piedra de tropiezo es hacer caer a estas personas nuevas en el camino del Señor, o recién convertidos de regreso al pecado, en una separación de Dios. Pero también a los inconversos, a los que aún todavía no conocen a Jesús. ¿Por qué? A causa de no ver en nosotros la diferencia que nos caracteriza ser realmente un seguidor de Cristo. La persona de Jesús tiene que dar evidencia a todos, el amor incondicional para Dios primero, y después al prójimo. El amor que es el fruto del Espíritu Santo; y la evidencia de un cambio de gobierno de muerte, a uno de vida. Mateo 18:5-7, 1 Corintios 8:9


El amor de Dios en el cristiano produce la necesidad de ofrecer a toda la humanidad, la oportunidad de presentarles a Jesús como el camino que produce vida. Ay de nosotros que llevamos el título de “cristianos” que hemos participado como piedra de tropiezo, y ser la causa de un homicidio espiritual. Mateo 22:37-39, Juan 14:6

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