Lugar de Paz
Esta es la continuación del pasaje que se encuentra en el libro de 1 Crónicas 21:1-27 y la segunda parte del escrito “Espada de Dos Filos”. Como ya había mencionado anteriormente, la base de este escrito, es ver la importancia que es: “El entrar en guerra, con el objetivo de obtener la paz”. La posición la cual anhelamos como ser humano, familia, iglesia, y nación. 1 Crónicas 21:1-27
La posición del ángel que estaba entre el cielo y la tierra, a solo una expectativa, a una sola palabra. Que hermoso es el mensaje de este pasaje, el poder tener la autoridad de accionar en favor de cambiar los resultados. Basta, con simplemente una palabra que emprenderá la acción divina de Dios en nuestras vidas. Mateo 13:24-30
David reconoció su pecado y pidió a Dios, que las consecuencias de su hecho cayeran sobre él y su casa, pero no sobre el pueblo. Dios escuchó el clamor de David y el ángel de Jehová dio mensaje a él, por medio de Gad. Gad, el profeta de David, cuyo nombre significa “Buena Fortuna”, quien fue también, el que comunica las opciones de elección para su castigo por el pecado. Mas ahora, le traía la solución para borrar toda iniquidad de David. La orden fue que construyera un altar en la era de Ornán jebuseo; un altar en donde luego se construirá el templo en un futuro. 2 Samuel 24:18-19, Mateo 13:24-30
David hizo conforme la orden de Dios, y fue con Ornan, que su nombre significa “Príncipe”, y él se encontraba trillando el trigo. David le pidió el lugar, pero Ornan se lo ofrecía como una ofrenda, juntamente con todo lo necesario para poder ofrecer holocausto para Dios. Y tenemos que recordar que David era el rey, bien lo podía tomar. Pero David le dijo que no iba a tomar algo que no le había costado a él, si no que pagaría su justo precio. David paga seiscientos ciclos de oro, que es equivalente a seis kilos y medio de oro. Y edifica David altar a Jehová, ofreciendo holocausto y ofrendas de paz. Jehová respondió con fuego desde los cielos y le ordena al ángel que volviera su espada a la vaina.
En ese momento Dios por medio de su justicia divina confirma esa tierra como un “Lugar de Paz” – “Salem”. La fortaleza de Sion, el lugar que sería en un futuro un símbolo de Victoria, por medio del sacrificio de la sangre de nuestro Señor Jesucristo. Estableciendo el orden sacerdotal de Melquisedec, “Rey de Justicia”, la monarquía eterna. La tierra de ese lugar hollada con un propósito, señalaría la huella que marcaría nuestras vidas por siempre. ¡El plan de Dios era perfecto! Isaías 9:6-7, Hebreos 7:1-28
Este cambio de ley era necesario para que, en el tiempo de hoy, nosotros pudiéramos tener una introducción a una mejor esperanza. Pero ahora, para poder obtener ese cambio en nuestras vidas, y cambiar los resultados, tenemos que tomar la decisión de entrar en guerra. Reconocer e identificar el enemigo que impide tomar ese paso, “Yo”. Hay un versículo en la Biblia que se encuentra en Mateo 10:34 que dice lo siguiente: “No penséis que he venido para traer Paz a la tierra; no he venido a Traer Paz, sino espada”. Eso es exactamente a lo que me refiero, cuando hablo de entrar en Guerra. Efesios 4:22-24
El ser humano al ser expuesto ante la presencia del Señor Jesucristo, manifiesta esa guerra interna en nosotros. Es como literalmente tomar esa espada, y su filo va separando poco a poco al hombre viejo del nuevo. Entrar en guerra con el objetivo de poder alcanzar la victoria de la paz. Reconociendo que esta lucha, será día a día, y quizás se llevará tiempo para poder alcanzarla. Pero no bajes tu guardia, renueva tu mente con una mentalidad de victoria y logro. Porque para poder llegar a esa meta final, tenemos que completamente rescatar nuestros pensamientos de la esclavitud del pecado. Con esto, no quiere decir que como seres humanos nos vamos a aislar y no tener contacto con nuestros alrededores. El ser un cristiano no significa separarte de tus familias, amigos, y mundo para vivir una vida “santa”; con miedo de ser contaminados del pecado. Ese pensamiento e ideal es religiosidad. A lo que me refiero es la renovación de nuestra mente, el poder estar en este tiempo bajo el régimen establecido, pero con la separación en nuestro fundamento que es “Cristo”. Hebreos 4:12
Este día te invito a formar parte de este plan de paz. Tomemos la armadura de nuestro Señor, y entremos en guerra primero por nosotros mismos, y después por nuestras familias. Con la meta de poder alcanzar la victoria de la Paz que nos ofrece nuestro Señor Jesucristo. Para que el día de mañana logremos como iglesia extendernos, y poder alcanzar a nuestras comunidades, ciudades y naciones. Romanos 12:1-5