Casa de Misericordia
Este pasaje Bíblico que se encuentra en Juan 5:1-9 fue de gran bendición e impacto, que quise tomarlo y compartirlo. La pregunta es, ¿cómo es que un suceso de un evento pasado, aún en el tiempo de hoy la manifestación del mismo espíritu de conformidad se puede ver de tal manera? Juan 5:1-9
Este acontecimiento toma lugar en Jerusalén cerca de la puerta de las ovejas, en un estanque llamado en hebreo Betesda que quiere decir “Casa de Misericordia”. Betesda que se deriva de una raíz griega: Borboros (lodo, barro) y Kataisjuno (avergonzar, afrentar, deshonroso). Estas palabras las quise colocar en este escrito como un punto de apoyo que nos muestra la raíz en donde el hombre se coloca en una posición de vergüenza. Por qué digo esto, porque en ocasiones se nos olvida la autoridad y el dominio que Dios colocó en cada uno de nosotros. Y nos llega el momento de enfrentar nuestra condición, y que es lo que pasa. Cuando llega la oportunidad nos quedamos sin hacer nada, y otro a tomado nuestro lugar.
Este lugar era una atracción para la multitud. Allí se encontraban personas enfermas, ciegos, cojos, paralíticos que solo estaban contemplando el movimiento del agua. Un agua que ellos pensaban tenía poderes curativos.
La palabra dice que porque venía un ángel y descendía de tiempo en tiempo. Y agitaba el agua, y el primero que descendía al tanque quedaba sano de cualquier enfermedad.
Este versículo específica esta frase “de tiempo en tiempo”, o’ sea que no había una seguridad. Tu tenías que estar de una forma a la expectativa. Esta era la posición de todas las personas que se encontraban en ese lugar. Y después dice que un ángel o’ sea un mensajero de parte de Dios descendía y agitaba el agua. La palabra agitar quiere decir: sacudir. Lo que la palabra me muestra a mí, es que, si lo aplicamos en este tiempo de hoy podemos decir que van a surgir situaciones en nuestras vidas que van a venir y sacudir nuestra condición física, emocional, sentimental, y quizás hasta espiritual.
Y en ese preciso momento tienes que tomar la oportunidad que se nos presenta y lanzarte con toda la fuerza como si fuera la última oportunidad de tu vida. No te quedes nada más a la expectativa esperando y viendo el tiempo que pasa. Y tú sin hacer nada en la conformidad de tu posición ¡Velad y estar atento!
Y después la escritura nos relata de un hombre que hacía 38 años que estaba enfermo. La escritura no especifica que él era paralítico, pero por su condición y los acontecimientos se cree que era eso su enfermedad.
Y se dice que cuando Jesús le ve acostado y conociendo su condición de tiempo Él le pregunta: ¿Quieres ser sano?
Pero la respuesta del hombre reflejaba su condición de conformidad y empezó de esta manera: Señor, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo.
¡Era claro que este hombre había abrazado y aceptado su condición! Ya era parte de él. Él realmente había llegado a una posición de conformidad en su vida. Jesús fue explícito en su pregunta, Él no preguntó cómo, cuándo o’ dónde si no simplemente fue directo. ¿Quieres ser sano?
Jesús está siempre a nuestra expectativa esperando nada más nuestra decisión de buscarle, pero ponemos mil excusas, justificaciones aun para ser sanados. Porque esperamos que las cosas se realicen a nuestra forma y a la conveniencia de nuestro tiempo. Mas, sin embargo, unas simple palabras como estas: “Levántate, toma tu lecho, y anda”, se escuchan y al momento en ese preciso instante eres liberado de la condición que te había esclavizado por años.
La escritura nos confirma que al instante aquel hombre fue sanado en su totalidad. Es así tan fácil, lo único que tenemos que hacer, es esperar el tiempo de Dios y saber escuchar la voz directa de Dios, que te dice: Entra a la “Casa de Misericordia” te estaba esperando……